S trabajaba algunas veces en una tienda de diseño de autor. No la llamaban muy seguido, solo para hacer algún reemplazo, o cubrir vacaciones de otras dependientas. Realmente le alegraba que la llamen no solo porque esto suponia un ingreso extra, tambien porque se sentia a gusto en este empleo. Le interesaba demostrar que podian contar con ella para lo que se necesite, y tal vez obtener mas horas de trabajo.
Cierto día, volviendo a la tienda luego de almorzar, se da cuenta que no tiene la llave.
Pasa por los lugares donde había estado antes, pregunta en el supermercado, va hasta la casa y revuelve entre sus cosas, mira por el camino, y cuando finalmente se da por vencida termina llamando a su jefa para pedirle otro juego. Ella responde con su tono severo pero amistoso, característico de una jefa: "que paso, las perdiste?!" y S, preocupada por que la llamen todavia menos por su falta de responsabilidad inventa una historia, "no, es que las tenia en la mano cuando entre al edificio y las deje caer en el hueco que han echo entre las escaleras para construir un ascensor. Tengo que pedir permiso para sacarlas, es un lio con los obreros trabajando ahi no quiero molestar, pero las voy a recuperar, no te preocupes".
La jefa vio este hecho como un despiste mas de una de sus empleadas, entendió que las habia perdido sin mas y le presto otras mientras esperaban "recuperar las anteriores", las del llavero con una mini sandalia rosa.
Los dias pasaban y cada vez que la jefa le preguntaba en tono irónico a S por la llave esta se ponia nerviosa y contaba la misma historia, pero se daba cuenta que no sonaba convincente, que no le creía. Quería hacerle ver que solo habia sido un problema "técnico" culpa de la dichosa construccion.
Se le ocurrió que para sonar mas convincente tenia que creerse ella misma la historia que habia inventado, pero creerla de verdad. Cada noche cuando llegaba a casa miraba dentro del hueco donde trabajaban los obreros. Se quedaba un rato largo contemplando y maquinando cuando podria hallar un momento propicio para hablar con ellos y pedirles que la dejaran entrar. Como ella llegaba de noche nunca los veía.
Día a día su preocupación iba aumento. Tambien pensaba que si los veia no querria interrumpir su trabajo, no sabia si les molestaria mucho con su peticion. Meterse sin su permiso podia ser peligroso, no estaba segura si seria facil salir una vez dentro. No era un hueco profundo pero si parecia incomodo moverse.
Estos cuestionamientos abrumaban su mente cuando pasaba por la construccion. Tanto se habia mentalizado con que la historia era cierta que ya no podia pensar que era ella quien la habia inventado, ya no se le ocurria la posibilidad de que se le habia caido en la calle o en cualquier otro sitio, o por lo menos pensar que la llave no habia caído nunca en ese lugar ya que no había visto realmente este hecho. Cuanto menos si estaba alli los trabajadores la habrian sacado ya, el hueco no era tan grande así que la habrían visto fácilmente.
Una noche decidio acabar con la duda metiendose ella.
Desde afuera todo parecia bastante claro a pesar de la mortecina luz que alumbraba el espacio. Planeando los pasos, penso "pongo un pie aqui, el otro ahi y estoy dentro, para salir sera mas o menos lo mismo, tal vez un poco mas dificil por la profundidad pero nada grave".
Primer pie dentro sin problema, luego de meter el segundo se sumio en una penumbra tal que no habia donde poner pies, ni manos ni nada, no comprendio que movimiento hacer, no habia de donde aferrarse y la oscuridad se volvio absoluta.
De S y de la llave con la mini sandalia rosa no se supo nunca mas nada.
Quienes la conocian comenzaron a inventar teorias de su misteriosa desaparicion. Como era una persona muy reservada con su vida y muy particular cualquier historia le encajaba. Viajes a lugares exoticos, repentino casamiento y fuga con un extraño que habia conocido en la calle, un cambio drastico de identidad y apariencia fisica, etc, etc.
Todas teorias pero ninguna incluia el misterioso hueco del edificio, donde hacia meses que nadie trabajaba.
